Cinco años ya, eso llevamos Natxo y yo pensando en que hay que estar en los Guzzidays para el centenario de la fábrica.

Los Guzzidays son las festividades que cada año celebran el aniversario de la fábrica de Moto Guzzi. La particularidad es que este año se ha celebrado que la marca cumple 100 años, convirtiéndose en la única fábrica europea que lleva ese periodo abierta con una producción continuada. La abuela de las motos europeas celebra su centenario y no podíamos perdérnoslo.

La pandemia nos descalabró un poco el tema, cuando ya teníamos reservados barcos de Barna a Génova y hoteles reservados en Lecco, resulta que se suspenden los Guzzidays por miedo a lo que se avecinaba.

“Vamos igual, total ya está pagao”. Una filosofía 100% valenciana.

Las fechas, principios de septiembre, hay que cerrar la tienda, vaya faena, pero, al final no voy a poder estar para el siguiente centenario, así que me voy, y que sea lo que Dios quiera.

El viaje empieza a las cinco de la mañana, Natxo y yo quedamos en la Galp de Rafelbunyol. Hay que estar a eso de las 9 como mucho en el puerto de Barcelona para coger el Ferry que nos lleva a Génova. Y allí estamos, Natxo con su Guzzi 1.200 Sport y yo con mi preciosa GuzziBellagio, cargados de maletas y de ilusión.

En el puerto, tras el caos inicial (mal organizado), coincidimos con algunos guzzistas que, al igual que nosotros, han decidido que van y punto. Algunos viejos amigos y otros nuevos que hacemos en el trayecto.

Llegamos a Génova y acudimos a nuestro primer destino, Milán. Nunca habíamos estado allí, una ciudad impresionante. La elegancia se puede palpar en la forma de vestir, en los lugares que vimos, el Duomo, la galería Vittorio Emanuele, espectacular.

Nuestro siguiente destino, el Lago di Como, Lecco, una ciudad con un ambiente tremendo, Guzzis yendo y viniendo todo el rato, bares de copas, restaurantes, sin lugar a dudas un lugar preciosopara veranear.

Bellagio, como el nombre de mi Guzzi, la perla del Lago di Como. No podía dejar de ver el lugar que ha inspirado el nombre de una máquina de tal belleza. El camino para llegar allí bordeando el lago es un lujo, un disfrute para cualquier motorista, y el pueblo precioso, colgado de la montaña y pegado al lago, sin duda no nos lo podíamos perder.

Bellano, otro lugar para ver, el Orrido de Bellano es una espectacular garganta en la que confluyen dos riachuelos y que generan unas cascadas y un entorno de una belleza fabulosa, porque, ya que vas en moto, no solo va a ser rodar, habrá que ver algo. Allí quedamos con nuestro tercer compañero, Nico, que con su BMW vino desde su Alemania de acogida, a visitarnos y acompañarnos en nuestra visita a Italia.

Por fin la fábrica de Moto Guzzi en Mandello del Lario, una vuelta atrás en el tiempo, los edificios donde desde hace 100 años se fabrican estas joyas irrompibles que transmiten esa sensación de máquina viva, que crea una adicción y fideliza a todos aquellos que la prueban.

Al parecer no surtió efecto la desconvocatoria de los GuzziDays, el pueblo estaba a reventar de guzzis y fanáticos de la marca, en fábrica, previéndolo contrataron azafatas y personal de seguridad para garantizar que la visita a la fábrica fuese una experiencia correcta, incluso nos dieron una sorpresa, dentro del mítico túnel del viento (el primero que se construyó en el mundo para el mercado de la moto), nos mostraron su último desarrollo, una sport touring con un nuevo motor que cambiará los futuros modelos de producción.

Inolvidable el rato que pasamos junto a fans de la marca de toda Europa, viendo motos míticas y sintiendo ese extra que representa ver que perteneces a algo grande.

Por supuesto que, habrá que usar la moto, no solo disfrutar de la compañía, así que decidimos ver el puerto del Stelvio, el puerto de montaña que todo Guzzista, y en general todo motero ha subido o quiere subir. La subida es sorprendente, las curvas muy cerradas, un poco revirado para mi gusto, pero disfrutas de un entorno increíble. Arriba la sorpresa, mucha gente, y un glaciar a pocos metros de nosotros, los Alpes en estado puro. Imposible ver el cartel de Stelvio, lleno de adhesivos que no dejan ver nada.

Como colofón para nuestro viaje decidimos ir a La Specia y disfrutar del precioso Parque Natural de Cinque Terre, pueblos descolgados de la montaña sobre el mar mediterráneo, cada uno de ellos es un conjunto de edificios multicolor de una belleza extraordinaria, un lugar al que volver a pasar unos días relajados disfrutando del sol y el mar.

Al final te quedas con algo sorprendente, estar en Italia es como estar en España, te sientes tan a gusto como aquí, te entiendes y te haces entender sin problemas, la comida es fabulosa, el trago de la gente amable y cariñoso, los paisajes cercanos, todo en ese país te hace sentir bien.

Y una sorpresa para acabar, llegando a Génova nos llega un email, nos cancelan el barco de vuelta, hay que volver en moto, pero, para eso están las motos ¿no?, de camino aprovechamos para descansar y ver la preciosa Niza y los mega yates que habitan en su puerto.

Al día siguiente para casa del tirón, eso sí, con una sonrisa que se nos ha grabado en la cara y que todavía perdura. ¿El año que viene repetimos Natxo?, claro…

Javi

26-10-2021